Tanto si cuentas historias con fines de marketing, como forma de arte, para entusiasmar a la gente con algo o para informarles sobre algo, tu historia sólo logrará su objetivo si cautiva al oyente. Si duda de la veracidad de estas palabras, piense, por ejemplo, en los anuncios que ve en la televisión o escucha en la radio. Solo hay unos pocos que «calan», ¿verdad? ¿Por qué calan? Quizás nunca lo hayas pensado, pero la razón es que cumplen ciertos requisitos de «narración», tales como: el propósito de la historia y la perspectiva desde la que se cuenta son claros; la presencia de uno o varios elementos que mantengan la atención del oyente o espectador (lo que se podría denominar la «pregunta clave»); un contenido emocional reconocible; una voz que personalice la historia y ayude a dar sentido al contenido (visual o auditivo) de la misma; un ritmo en el que se transmite la historia que ayude a mantener la atención; la cantidad adecuada de información (ni excesiva, ni escasa); el uso de imágenes y/o sonidos que embellecen y complementan la trama; la duración de la historia (las historias digitales duran hasta 4 minutos, a menudo menos de 4).
En este módulo, abordamos paso a paso los elementos a los que hay que prestar atención si se quiere llamar la atención sobre el patrimonio cultural inmaterial a través de una historia contada y compartida digitalmente. Para ello, utilizamos las siguientes preguntas: ¿Cuál es el tema? ¿Qué quieres contar al respecto? ¿Quién lo cuenta? ¿Cómo vas a contar y compartir tu historia?