En esta sección, analizaremos cuatro proyectos locales, dos en España y dos en los Países Bajos, que muestran con éxito cómo las comunidades se involucran en iniciativas en las que el patrimonio cultural inmaterial contribuye tanto al desarrollo como al bienestar de sus miembros.
«Raíces»: potenciar las narrativas comunitarias a través del arte colaborativo (España)
Raíces Raíces es un proyecto de investigación comunitario dirigido por estudiantes de máster en Educación Estética de la Universidad de Jaén, España. Se llevó a cabo en la localidad de Alcaudete, donde se invitó a los habitantes locales a compartir sus historias personales, recuerdos y artesanía tradicional. En estrecha colaboración con la Asociación de Vecinos de Fuente Zaide, se recopilaron estas historias y se convirtieron en un documental digital que preserva y celebra el patrimonio cultural inmaterial de la comunidad. Mediante el arte participativo y la narración de historias, Raíces contribuyó a unir a las personas, dio más voz a los residentes y reforzó la identidad local. Al combinar los conocimientos tradicionales con las herramientas digitales, el proyecto muestra cómo el trabajo conjunto puede proteger el patrimonio cultural. También destaca cómo las asociaciones entre universidades y comunidades pueden fomentar la resiliencia, promover las conexiones intergeneracionales y apoyar el desarrollo sostenible, todo lo cual puede contribuir a impulsar el turismo local y el crecimiento económico.
«Vientos del Tiempo»: revivir las tradiciones orales a través del teatro y los medios digitales (España)
«Vientos del Tiempo» es un proyecto cultural desarrollado en Torredonjimeno, España, que revive las tradiciones orales y el patrimonio local mediante el teatro y las nuevas tecnologías. Este grupo sin ánimo de lucro involucra a la comunidad a través de narraciones dramatizadas, visitas guiadas y obras audiovisuales para mantener vivas las historias, las costumbres y los personajes históricos de la región. Al combinar actuaciones en directo con plataformas modernas como la televisión y las redes sociales, consiguen que los cuentos tradicionales resulten frescos y emocionantes, especialmente para el público más joven. Entre los aspectos más destacados se incluyen la serie «Tiempo de Navidad» y la colaboración con influencers de TikTok para difundir la historia local de forma divertida. Este proyecto no solo fomenta el orgullo cultural y los vínculos entre generaciones, sino que también contribuye al turismo al hacer que las experiencias patrimoniales sean más accesibles y atractivas. «Vientos del Tiempo» muestra cómo la narración de historias combinada con herramientas digitales puede proteger el patrimonio inmaterial, al tiempo que fomenta el espíritu comunitario y apoya el crecimiento local.
«Spotting Intangible Heritage» (Arnhem, Países Bajos)
«Spotting Intangible Heritage» es un interesante proyecto dirigido por el Centro Neerlandés para el Patrimonio Cultural Inmaterial, que forma parte del Ministerio de Educación, Cultura y Ciencia. Su objetivo es concienciar a la población de los Países Bajos sobre el patrimonio cultural inmaterial (PCI). Para ello, colocan códigos QR en pueblos, ciudades y lugares de interés cultural que los visitantes pueden escanear para descubrir historias digitales sobre las tradiciones y prácticas locales. Lo realmente especial es cómo se crean estas historias: el Centro de Conocimiento comienza con un guión básico, pero luego las comunidades locales añaden sus propias historias y experiencias personales. Este trabajo en equipo entre residentes, escritores y profesionales de los medios de comunicación garantiza que el contenido resulte auténtico y atractivo. Al combinar la tecnología con las voces reales de la comunidad, Descubriendo el patrimonio inmaterial ayuda a dar vida a la cultura local y a que la gente se sienta más conectada con el lugar donde vive.
El «Museo Nacional del Holocausto» (Paises Bajos)
El «Museo Nacional del Holocausto» adopta un enfoque práctico al involucrar directamente a los supervivientes del Holocausto y a sus familias en la creación de sus exposiciones. Los supervivientes comparten sus historias y experiencias personales, que se convierten en una parte fundamental de la forma en que el museo cuenta su historia. Este trabajo en equipo ayuda a que las exposiciones sean auténticas y profundamente conmovedoras, al tiempo que honra las voces de quienes vivieron el Holocausto. Es una forma de garantizar que el mensaje del museo sea respetuoso, significativo y esté verdaderamente conectado con la vida real de las personas.
